Los ataques letales en la guerra de Rusia contra Ucrania presagian que el conflicto bélico, que en febrero cumplirá un año, está lejos de un armisticio. China, que es la única nación que está en capacidad de mediar ante el presidente ruso Vladimir Putin, se ha abstenido de dar el paso.
Con el apoyo de Estados Unidos y la OTAN, los ucranianos han ofrecido una feroz resistencia que las tropas de Rusia no esperaban.
Además de recuperar territorios ocupados por los rusos desde los primeros días de la invasión, el pueblo ucraniano ha causado numerosas bajas a las fuerzas intervencionistas.
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Ucrania anunció que había causado cientos de víctimas al Ejército ruso, aunque el cuerpo ha minimizado los ataques.
Comandantes rusos dijeron que por la imprudencia de usar celulares tropas ucranianas ubicaron y atacaron un campamento de soldados rusos, provocando la muerte de más de 90 personas.
Las bajas indican que la guerra, lejos de perder fuerza, se torna más intensa a medida que pasa el tiempo. No se sabe quién por ahora lleva las de ganar.
Lo que sí está visto es que ha corrido mucha sangre en un conflicto que dejará grandes pérdidas.