Los concursos se han convertido en una dura lección para el Ministerio de Educación, más específicamente el relacionado con la contratación de profesores para suplir el déficit con que inició el año escolar.
La primera convocatoria tuvo que ser anulada por las irregularidades que se detectaron, entre las que se mencionaron la filtración de las pruebas.
Tras un período que se suponía de corrección la cartera volvió a llamar para la contratación de más de 19 mil profesores, esta vez incluso con medidas adicionales para revestir el proceso de más transparencia.
Sin embargo, no pasó mucho tiempo para que estallara otra crisis que ensombrece la imagen de la cartera con la renuncia por supuestas irregularidades de 16 de 20 observadores.
Desde falta de información los renunciantes han alegado que el Ministerio de Educación no ha cumplido con los requisitos para dotar el concurso de la necesaria transparencia.